Catadores del evangelio


El grano de oro – CAFÉ – sigue siendo un distintivo de la agricultura, el café es por excelencia la bebida oficial de miles de personas. Nace así­ la necesidad de catadores de café, para definir su calidad, su color, su cuerpo y sabor; pero esto ha trascendido a los cristianos del siglo XXI; estamos tomando un rol o papel que no corresponde a los hijos de Dios. Hemos confundido las emociones con las sensaciones espirituales y queremos probar cada una de ellas, como si ellas fueran necesarias para la salvación o para tener una mejor comunión para con Dios.


Hemos olvidado que la muestra de un nuevo nacimiento es el amor de los unos por los otros y la diversidad de experiencia mal llamadas espirituales que realmente son emocionales.

Los Catadores son aquellos que han caminado en su vida espiritual por más de dos o más iglesias, congregaciones o ministerios; criticando a todo pastor, ministro, o siervo de Dios. Olvidando que cuando asistimos a la Iglesia lo hacemos para desarrollar una vida de fe, así­ como para aprender de la Palabra de Dios a través de los diferentes expositores de la Biblia, como son los pastores o lí­deres de dichas congregaciones.

Sabe, lo peor de todo es que los catadores todo prueban y nada consumen; sus mentes, corazones y espí­ritus están muriendo de hambre espiritual, están vací­os y desmotivados por haber puesto su confianza en los hombres y no en las promesas divinas de Dios para sus hijos, las cuales las encontramos en su Palabra, La Biblia.

Termino diciendo y repitiendo lo que dice la Biblia: "Maldito aquel que confí­a en el hombre". Cambiemos, pues, nuestras actitudes y no seamos parte de los Catadores del Evangelio sino de los Hacedores, que Dios cambia nuestros corazones.
Por Edgar Lopéz 

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