Cómo obedecer sin retroceder

NO hay duda que nada a la fuerza funciona en la vida, quiero compartir una historia real que mi vida surgió; nuestra vida de familia viví­a muy limitada, ya que todo lo que papá ganaba o producí­a lo sembraba en la Iglesia que él dirigí­a. Recuerdo en una ocasión de niño en la época que papá salí­a a trotar cada mañana, que decidí­ acompañar a mi jefe y padre a correr al estadio, en el momento no me percaté que no tení­a zapatillas de deporte o Tenis como le llamamos en la actualidad; con el deseo de salir a correr le llame por teléfono a mi amigo, Neto, quien gozaba de mucha abundancia en casa por ser hijo de un reconocido abogado de la republica de aquella época.

Neto me facilitó un par de zapatillas de correr que eran de envidiar, Adidas Roma, wow que privilegio el mí­o de salir a la calle con un par de zapatos que solo pocos niños tení­an en aquellos dorados tiempos; lo difí­cil de todo es que neto calzaba seis y yo siete y medio a la época en mención. Con todo y eso no me rendí­ y me metí­ como pude los bellos zapatos tenis, no tarde pero ni dos horas en tener lastimados los pies; no podí­a ni caminar pero en lo personal querí­a pasar tiempo con papa corriendo en el estadio y compartiendo con los demás atletas de la época que asistí­an regularmente al estadio. De igual manera la ley a la fuerza o la legislación no funciona, por más bello que parezca esta relación forzosa cansa hasta al más fuerte religioso o fanático por igual ya que nada a la fuerza funciona.

Para cumplir la ley el hombre lo que necesita es motivación, en lugar de inquisición u obligación que a la larga cansa al corazón, el mejor ejemplo para alcanzar su cumplimiento es el ejemplo y este lo encontramos en Jesús; quien desinteresadamente se entregó por toda su gente. Le criticaron, le juzgaron, se burlaron y todo esto no lo desmotivó; su Padre Dios no le ordenó, le motivo y le prometió un lugar, un nombre por sobre todo nombre y hasta la fecha se lo ha cumplido; no hay un lugar en el mundo donde el nombre de Jesús no se comente. En su nombre muchos hemos encontrado perdón, otra salvación y para muchos otros una simple motivación, pero la realidad es que ha llegado a todo corazón, hasta aquellos que como Dios no le dan su corazón; La ley se cumple por convicción y no por simple obligación.

Para obedecer sin retroceder, lo que necesitas en primeramente creer; la Biblia dice CREE solamente, si hoy iniciamos una nueva etapa de motivación esto cambiara cada corazón y luego dirás este tipo tení­a razón; vamos no te amargues el corazón analiza, y piensa en el resultado de tu necedad la dureza de tu corazón. Disfruta hoy tu vida y aprende a obedecer no por religiosidad sino por reciprocidad para con aquel que su vida ofrendó por ti y por mí­, pues es en Él en quien tenemos salvación y vida eterna; es por Él que tenemos entrada en la gloria Divina no importando si Dios te sacó de una misma cantina. Aprendamos juntos la obediencia y tengamos mayor decencia, vivamos con mayor inteligencia para con los hombres y para con Dios, pues todo lo que el hombre sembrare eso también segará.

Por Edgar Lopéz  

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