Cómo vivir llenos de alegría

Cada vez que el circo llega a las colonias o parques, la gente disfruta de un sano entretenimiento, los payasos, los animales, los globos, los dulces, aportan también al momento de celebración y alegrí­a; pero el problema inicia cuando todo el espectáculo se termina y volvemos a la realidad de nuestros hogares, familias y trabajos.


La alegrí­a es un componente fundamental para cada ser humano, me imagino que Dios en el momento de la creación, gozó con la forma y el carácter de los monos o chimpancés; quienes con sus gritos y saltos le alegraron toda la creación cantando sin abrir la boca una nueva canción de parte de toda la creación, sus ojos saltones, sus anos tan grandes y sus dientes tan dobles, debió reí­r hasta hacer tronar los robles.

Todo comienza sembrando una semilla, una semilla de esperanza, una semilla como el pan que puede llenar tu panza; vamos, todos llevamos dentro esas sonrisas que Dios puso dentro, aní­mate a salir del conflicto, muestra los dientes aunque estés preso o convicto. Las pasiones rompen corazones pero luego del dolor nos alegran por montones.

Para sembrar una buena semilla, busca la tierra que esté vací­a; no pretendas sembrar en campo ocupado, que es lo que hemos hecho en el pasado regando sobre mojado. Piensa en alguien distinto o diferente, no le temas tanto a la gente, permite que ellos valoren quién eres, y tú a mostrarles a qué te atreves. Hagamos hoy un esfuerzo, iniciemos hablando con ellos en un almuerzo.

Abandona hoy la pesadilla de vivir como si caminaras todos los dí­as de rodillas, cambia la cara de sufrimiento y saca todo lo que llevas dentro, sonrí­e a la vida que Dios te ha dado y has el resentimiento a un lado; te garantizo que cesará el granizo tan pronto como pongas tu orgullo en el piso, esto te lo garantizo, los dí­as serán más claros, los besos más elaborados, en tu corazón terminará la angustia y la agoní­a; pongamos fin pues a esta pesadilla.

Para vivir llenos de alegrí­a, saluda a Dios cada día, confiesa hoy tus pecados y Él te dirá "no te preocupes ellos ya han sido totalmente perdonados"; siembra en otros una semilla de esperanza, aunque el mundo te diga que se está inclinando tu balanza de lado, quizá para ellos el lado equivocado, pues ellos viven en total pecado y tienen sus corazones despedazados por tanto odio no tratado y resentimiento mal enfocado.

Lucha hasta alcanzarlo, no te niegues la oportunidad de vivir en alegrí­a y santidad; que con la ayuda del Dios quien murió por voz, llegarás al paraí­so como Él siempre lo quiso.
Por Edgar Lopez

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