Mentalidades de Desierto

Mentalidades de desierto que necesitamos eliminar de nosotros:

Celos, envidia (Núm. 12:1 y 2; Prov. 14:30): Dios tiene un plan único para cada persona (Sal. 138:8, “Jehová cumplirá su propósito en mí”); pero la envidia y los celos nos hacen actuar mal. En Hech. 7:9 vemos que “los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José”.

¿Tienes celos o envidia de alguien? Hay pastores que tienen envidia de otros porque sus iglesias son más grandes. La raíz de la envidia y los celos es la INSEGURIDAD y el TEMOR. Cuando tenemos envidia sentimos desagrado cuando otro prospera; cuando tenemos celos sentimos miedo de perder lo que tenemos o nos sentimos resentidos por el éxito de otro. Aun los discípulos tuvieron problemas con la envidia: Juan 21:21 y 22.

Si nos estamos metiendo en los asuntos de otros, eso nos hará permanecer en el desierto. Para conquistar esta mentalidad de desierto nunca más debemos confesar temor o carencias: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”, 2ª Tim. 1:7; “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”, Fil. 4:19

• Rebeldía (Éx. 16:26 – 29; Deut. 9:7 y 24): la rebeldía es obstinación, es querer hacer las cosas a nuestra manera o no lo hago. Ejemplos de rebeldía o testarudez: Saúl, Balac. Rebeldía significa resistir la autoridad, resistir la corrección. En 1ª Sam. 13, Saúl se metió en lo que NO debía, hacer el sacrificio; razonaba en lugar de obedecer.

“En el capítulo 15, Dios le ordena destruir TODO, pero él hizo lo que quiso, lo que a él le parecía bien. La rebeldía le costó el reino. En Deut. 9:23 y 24 y Núm. 16 vemos la rebelión de Coré. Para conquistar esta mentalidad de desierto nunca más debemos confesar obstinación ni desobediencia (Éx. 23:20 – 22); Sal. 40:8, “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón”; Sal. 119:11, “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”.

El pueblo de Israel pasó 40 años dándole vueltas al desierto porque su mentalidad de desierto no le permitía aprobar el examen para ser Conquistadores. ¿Cuántos años tenemos en el desierto? ¿Cuánto tiempo más vamos a estar en él? ¡Si no queremos presentar de nuevo el examen, aprobémoslo de una vez! Hoy es el día para decidirnos a dejar la mentalidad de desierto y apropiarnos de la MENTALIDAD DE CONQUISTADOR.
fuente:reflexionescristinas

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