El rencor abre las puertas al mal

¿Quién gana cuando odiamos a alguien?¿El reino de Dios acaso?¿P por el contrario el mal? Por supuesto, guardar resentimiento y rencor sólo favorece al reino de las tinieblas como advierte el propio apóstol Pablo: “...para que Satanás no gane ventaje alguna sobre vosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”(versículo 11). Al perdonar, le cerramos las puertas al diablo y a todas sus estratagemas.

En un momento determinado, todos podemos sentir rencor por alguien o por una circunstancia determinada. El rencor explota como una bomba cuando se le da rienda suelta, creando un sentimiento negativo y que mina el corazón y la mente de quien lo sufre, convirtiendo todo en negativo e impidiendo a la persona disfrutar de su vida.

La decisión de asumir el perdón es suya y nada más que suya. Nadie puede obligarle. Es una decisión personal. Pero puede estar seguro de que, si lo hace, será liberado de una pesada carga que le impide crecer como cristiano y como persona... ¡No se arrepentirá!¡Pídale al Señor Jesucristo esa fuerza que necesita para perdonar...! 

Publicar un comentario

Post a Comment (0)

Artículo Anterior Artículo Siguiente