En nuestro caminar cristiano, muchas veces llegamos a poseer una cantidad de principios, fórmulas y métodos, pero carecen de verdadero poder. Esto también se aplica a las enseñanzas sobre la fe, la oración, la alabanza, la meditación, los estudios bÃblicos, la confesión, la guerra espiritual y todos los otros preceptos sobre los que hemos escuchado y asimilado. Todo es bueno, y necesitamos saber acerca de ello, pero por sà solo no puede resolver nuestro problema.
Aprende a responder con prontitud a la guÃa del EspÃritu Santo. Apártate con Él a solas, y serás recompensado en abundancia.
Es solo en la presencia del Señor donde recibimos su poder.
juventud para Cristo
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