El poder del querer


Muchos son los que seguí­an a Jesús a la largo de las calles y ministerio, hasta más de alguno que estaba en adulterio; mujeres y hombres por igual sabí­an que era mejor que visitar un Hospital. Fueron finalmente pocos los inteligentes y menos los decentes, pocos los contribuyentes al arduo trabajo que vino a realizar aquí­ abajo. Pero todos los que le vieron algo bueno recibieron, sanidades entre otras novedades; perdón de pecados, salvación por hacer más de una mención, pero la realidad es que esto no era mera casualidad, esta era su misión cambiar e impactar a cada corazón.


¿Dí­game usted si eso no es querer? Jesús siempre ha querido reconciliar al hombre mayormente engreí­do como también al agrandado que le ha hecho a él a un lado, todos podemos tenerle, todos podernos quererle; querer es poder. No dudo que en este momento estás pensando muy adentro de tu corazón, y diciendo este pastorcito tontito tiene la razón; lo digo con propiedad, Cristo a mí­ me mostró mi realidad, que estaba muerto en pecado y que de Él yo me habí­a olvidado y hasta en determinado momento avergonzado.

Jesús siempre preguntaba a quién podí­a ayudar de toda la majada, ciegos, pobres, ricos y deformes encontraron en Él sus uniformes; todos por su gracia salieron juntos de sus desgracias, dejando atrás su pasado que los tení­a muy dañados. Querer es poder, una dieta funciona si te propones cumplirla; de igual manera el Cristianismo cambia personas no importando las zonas donde estos vivan, si toman ron o tragan saliva. ¿Cuánto tiempo más esperarás para negar a Jesús y su amor eficaz?

Querer es poder, no esperes a tu vejez para dejar tu altivez; esto no te lleva a nada y te separará de la mara (cristianos felices). únete a un equipo ganador y ponle a tu vida mayor sabor, olvida hoy tu pasado que nada te ha dejado, rasguños y puños es todo lo que la vida te ofrece cuando a Jesús desobedeces; muchos ya se unieron a este movimiento y sacaron todo lo que tení­an dentro, no dejando olvidados a los principales invitados: Dios Padre, su Hijo Jesús y a su Espí­ritu Santo. Querer es poder, aní­mate a nacer de nuevo a la familia de Dios.
Por Edgar Lopéz 

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