Con la misma vara que medís serás medido

Esta es una verdad universal, en mi paí­s decimos el que escupe para arriba , en la cara le cae; estas palabras podrán modificar tu conducta a partir que entres en contacto y conciencia con ellas, pues te recordarán que somos humanos y que nadie puede reí­rse del mal ajeno, la Biblia en el libro de PROVERBIOS nos dice que no nos burlemos del mal ajeno, no sea que a Jehová le disguste y su mal se vuelva a nosotros, con la misma vara que medimos seremos medidos en diferentes ambientes a lo largo de nuestra vida.




Si eres un criticón, guarda tu boca pues tarde o temprano a todos les llega el verano y con ello la sequí­a de bendición y gozo; la calamidad no llega sola, es producto de la actitud que tomamos frente a los problemas de la vida diaria. Y la crí­tica no debe ser una de ellas, la Biblia nos invita a ser Pacificadores, a perdonar, a no ver la paja del ojo de nuestro hermano sino la viga que tenemos dentro del nuestro propio ojo; atrevámonos hoy a marcar la diferencia en cada área de la vida pero principalmente ante la crí­tica.
 
¿Con qué vara estas midiendo a tu prójimo o hermano? Es tiempo de cambio de actitud frente a la multitud de problemas, debemos presentar más respuestas y soluciones para cada conflicto y no sólo crí­ticas; la respuesta está en una verdadera reingenierí­a espiritual, iniciando con tomar la actitud correcta en cada situación, segundo abandonando el perfeccionismo en nuestra vida diaria, tercero buscando apoyo en las personas que nos rodean con sus consejos, finalmente respirando profundo antes de opinar en algún tema.

Con la misma vara que medí­s serás medido, quizá no será ahora pero podrí­a ser mañana; no siempre se gana en la vida, no todo es color de rosa, tendremos momentos difí­ciles en cada etapa que vamos avanzando, no olvides aquel adagio “hoy por ti mañana por mí­â€. La costumbre de denigrar y criticar no es un práctica Cristiana correcta, no es fácil decirlo pero es real no juzguéis si no queréis ser juzgados, hoy por ti mañana por mí­, esa será la nueva consigna de vida para todo buen Cristiano verdaderamente convertido al evangelio de Jesús.

En conclusión será necesario ponernos en el lugar del acusado y no del acusador, que causa tanto dolor como ofensor, cambiemos la historia del mundo en que vivimos, no siempre juzguemos basados en lo que sentimos sino en lo que esperamos recibir en un momento de complicación; atrévete a ser diferente atrévela a no juzgar a toda la gente y el mundo como la vida te sabrá diferente. Hasta el modo te cambiara y ya no serás tan indiferente al dolor o al calor humano que tus amigos te ofrecen.
Por Edgar Beltran

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