“YA NO SOY AQUEL”

Cuenta la historia de la iglesia que uno de los padres de la misma en el tiempo que surgí­a, ocultaba bajo su religiosidad su verdadera identidad cargado de sexo ilí­cito y mujeres, sumido en un frí­o y oscuro convento oraba de dí­a y de noche para vencer la tan adictiva tentación. Cada noche mientras todos dormí­an, las lluvias de invierno caí­an, dejando la puerta semi abierta, en espera constante y encubierta de la portadora de su lujuria infernal. Cada semana a media mañana coordinaba la visita tentadora. 


Cuando ella llegaba a la puerta tocaba y con su dulce voz clamaba "Soy Aquella", él de manera abrupta y determinado en su proceder se levantaba de sus rodillas contestando "Yo soy Aquel". Unidos en esa calurosa relación ambos soltaban su pasión sin imponer condiciones, fusionaban sus cuerpos y corazones, por dos años seguidos perdieron ambos sus sentidos, llegando a concluir que sus almas deseaban unir; pero el dí­a menos esperado, este caballero fue visitado por un personaje muy venerado llamado el Señor Jesús, al experimentar dicho encuentro se movió todo lo que llevaba dentro, su pasado fue borrado y sus pecados más ocultos perdonados, dejando anonadados a todos los corazones por el tocados, resultando en una transformación de cada individuo y corazón, llevando nuevas convicciones, derrotando pecados y tradiciones.

Resultando en cambio sustantivo en todo aquello que él como religioso habí­a vivido. La noche siguiente mientras el oraba, sus oí­dos escucharon que era ella quien llamaba, tocando la puerta se encontraba y con su dulce voz proclamaba "Soy Aquella", "Soy Aquella", impactado por el nuevo reto recordó el momento en que el personaje famosos le cambió todo lo que llevaba dentro y con voz de varón contestó:"Pero Yo, ya no Soy Aquel"

Amigo uno de los regalos más bellos de Jesús es un nuevo amanecer en la vida de cada hombre o mujer; pero lo importante del evento es que en este momento el puede cambiarte por dentro, con sus palabras.

Por tanto, no olvidemos lo aprendido que sin Jesús nada tiene sentido, experimenta hoy su Poder y juntos clamemos "Yo, ya no soy Aquel"

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