Conocí la autoridad

Es vital que lleguemos a la comprensión que hemos recibido la vida para entrenarnos en obediencia, vivir la vida cristiana no se trata solo de combatir el pecado... 


Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. Ef. 4:1-4


Es vital que lleguemos a la comprensión que hemos recibido la vida para entrenarnos en obediencia, vivir la vida cristiana no se trata solo de combatir el pecado; si queremos profundizar más nuestro caminar con Dios es fundamental comprender el concepto de obediencia ya que esto tiene implicaciones personales y colectivas por supuesto se trata de algo espiritual.

Cuando el espíritu de rebelión deja a una persona, el espíritu de obediencia se va restaurando en la iglesia. Cuando las iglesias caminan en obediencia, entonces aparece delante de sus propios ojos el gran suceso de la unidad de la fe; el capítulo 4 de Efesios se vuelve una realidad para ellos.

Es imposible entender el concepto de obediencia y autoridad a menos que una persona se exponga a una autoridad real. Así como también es imposible combatir la desobediencia y rebeldía si no está presente una figura de autoridad. En este sentido sólo los que han experimentado verdaderamente la autoridad pueden enseñar a otros la obediencia. 

Es por eso que la iglesia es el mejor lugar para aprender obediencia. ¿Cómo saber si una persona ha conocido la autoridad y es obediente?

Esta persona:
  1. Tratará espontáneamente de encontrar la autoridad dondequiera que se vaya. La iglesia es el mejor lugar donde la obediencia puede ser aprendida, ya que en el mundo no comprende la obediencia. La obediencia tiene que ser aprendida como una actitud interior, algo del corazón, no solo una manifestación externa.
  2. Es mansa, dócil y tierna. Ha sido ablandada y no tiene la capacidad de ser rígida, cruel o áspera.
  3. No busca estar sobre autoridad. No persigue ser el que tiene la autoridad, no tiene interés de serlo. No se apresuran a dar consejo. Solamente los que no han conocido la autoridad son los que quieren ser la autoridad. Muchas veces, estas personas que están buscando siempre posiciones de liderazgo, en el fondo, se deleitan en el hecho de tener control sobre los demás.
  4. Mantiene su boca cerrada. Está bajo restricción, no se atrevería a hablar apresuradamente sin tener cuidado de lo que dice porque tiene un sentido de autoridad.
  5. Una persona que ha tocado la autoridad es sensible a los actos de desobediencia y rebeldía que suceden alrededor de él. Puede ver cómo el principio de desobediencia ha llenado el mundo e incluso la iglesia.
Reflexión
 ¿He experimentado verdaderamente la autoridad?
¿Cómo me sentí al leer las características de una persona obediente?
¿Estoy realmente sometiéndome a la autoridad de Dios y la autoridad delegada por Dios a la iglesia, la familia, y el mundo?

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