Una madre como la mía


Cómo han cambiado los tiempos, cómo se han deformado los roles de cada uno de los que conformamos la sociedad; los hombres cuidando a los hijos, y las madres trabajando en las fábricas y maquilas; todo esto sucedió cuando nos alejamos de la perfecta voluntad de Dios, cuando muertos en nuestros delitos y pecados, por la vergüenza que estos generan, creemos ser rechazados por su gracia y misericordia.


Las madres de hoy están pagando el precio más alto de todos los tiempos, son maltratadas y menospreciadas por los hombres y la sociedad, las madres de hoy están peleando contra viento y marea; son padres y madres, son fieles a sus metas, son duras hasta llegar a la misma sepultura, las madres de hoy están en tremendos problemas por el simple hecho de no buscar más de Dios. Los tiempos serán peligrosos pero los que confían en Jehová viven gozosos.

Una madre como la mía, un día me enseñó que la respuesta está en la Palabra de Dios la Biblia; todos los días desde que yo tengo memoria al amanecer, sus lágrimas esa Palabra hacia retroceder, le inyectaba vida y esperanza aun cuando las situaciones no pintaban positivo; recuerdo que de su mesa de noche jamás se apartó ese bendito libro que hasta hoy ha puesto una sonrisa en su rostro, todas las promesas en él escritas se han cumplido con el pasar de los años, todas a su tiempo infundado nuevo aliento.

La respuesta a tu problema sigue siendo la misma, a cualquier situación Jesús sigue siendo la solución ¿y tú qué esperas para ser como mi mamá? no te pido que imites sus caminos ni palabras, te pido que imites su fe en el texto más valioso de todos los tiempos: la Biblia. Es tiempo que reflexiones y aprendas, es tiempo que no decaigas por los problemas y dolores, que no te rindas ante los sinsabores, pues a pesar de ser por un hombre despreciada y por sus críticas menospreciada por sus conocidas, ella encontró lo que necesitaba en la mera presencia de Dios en su Palabra.

Una mamá como la mía no la tienen todos, pero de todos modos te invito a que muevas los codos, camina por el buen sendero y no esperes para colocarte un buen sombrero para una mejor cobertura; busca a Dios mientras pueda ser encontrado, Él será siempre tu mejor aliado, una madre inteligente es aquella que reconoce que separada de Dios nada puede alcanzar, entonces hoy te invito a que reflexiones y aprendas que en Cristo hay mejores sendas, abre hoy tu corazón y luego me darás la razón.
Por Edgar Lopéz

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