Las mentiras de satanás

La primera fue el querer hacernos creer que serí­amos más grandes que el mismo Dios, si comí­amos del árbol del bien y el mal; que bochorno el querer ser más de lo que Dios fijó como lí­mite para el hombre, no por el ser Dios y nosotros carne sino por el hecho de no estar preparados para dominar el poder que sólo a Dios corresponde.

La segunda es querer cambiar el rol de la mujer en la vida de la sociedad, el privilegio de ser mujer no le corresponde a un hombre; el privilegio de ser madre fue otorgado por Dios a ellas, y no a los hombres. Ellas son la imagen y semejanza de Dios, son bellas, son sensibles, son únicas, pero hoy resulta que hombres faltos de testosterona y llenos de lascivia pretenden cambiar lo que Dios regaló a la mujer.

La tercer mentira fue el prometer que nuestros ojos serí­an abiertos, claro lo que no explicó es que serí­an abiertos para experimentar el peso del pecado, el dolor, la perdición, la codicia, el desanimo que jamás estuvo en los planes de Dios para su creación; es por ello que preestableció lí­mites en el mismo jardí­n del Edén para no estropear su plan perfecto. Puso un árbol en medio del huerto para que en nuestra capacidad pudiéramos tener cierto grado de libertad de decisión y no todo fuera imposición.

La cuarta mentira es que no morirí­amos, la Biblia enseña que la paga del pecado es la muerte; no creas todo lo que escuchas en los medios de comunicación, todos velan por sus propios intereses y el enemigo desde el inicio ha querido separarnos de nuestro creador y Dios. Abre bien los ojos y no creas las mentiras de Satanás quien es el creador del dolor, la soledad, la necesidad, el suicido, el dolor, como el sinsabor del diario vivir de aquel que no está en Cristo; conoce la verdad y la verdad te hará libre, confiesa a Jesús y llegarás hoy a la luz.

La quinta mentira es creer que lejos de Jesús tu vida será victoriosa, cuando en realidad la Biblia nos dice que separados de Él, nada podemos hacer ni alcanzar.

Esta semana en Facebook encontré a tres jóvenes ahora ya adultos en estilos de vida que no les corresponde, tomando, departiendo con gente a la que nunca conocieron en la vida Cristiana. Ahora ellos han negado la fe viviendo como si nunca conocieron a Dios o de Dios, muertos en sus delitos y pecados; ya no por inocencia de pecado sino por descaro ante su creador.

No creas en las mentiras del enemigo, toma mi palabra como referencia, de no ser así­ pagaras la consecuencia de tu pecado, el dolor será tu plato fuerte, y la soledad tu postre; pues habrás negado la eficacia, eficiencia y efectividad de la Sangre de Cristo en tu vida, no dando frutos dignos de arrepentimiento, lo cual significa que no te importó que Dios entregara a su hijo Jesús en la cruz del calvario por ti, por tu pecado; aprovecha hoy y entrega tu corazón a Jesús, sal de la mentira ven a la luz… La luz de Jesús.
Por Edgar Beltran

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