Reingenieria espiritual del siglo XXI

Todo cambia, esta regla universal no ha podido ser cambiada a pesar del avance de la ciencia y la multitud de descubrimientos de los últimos tiempos; los cambios los provocan las decisiones que tomamos a diario, pero con ello será necesaria una reingenierí­a espiritual profunda para poder mantenernos a flote con tanta responsabilidad impuesta sobre nuestros hombros por la sociedad de hoy. 


Todo cambia, hasta la manera en que vivimos la vida en estos últimos tiempos; parece que ya no hay tiempo para nada más que para el trabajo y el culto al cuerpo, los amigos son cosa del pasado todo es en base a la Web, en base a la conveniencia e interés que hasta duele el corazón de tanta indiferencia y negligencia. Las relaciones estables parecen cosas del pasado y las buenas amistades las hacemos del lado.

Todo cambia, el amor ya no es como lo vivimos en el pasado, hoy es tanto tienes tanto vales; muéstrame tu carro y te muestro mi piel color de miel, los jóvenes han derretido al creador y han hecho de su juventud el dios del siglo XXI. No están preparados para los problemas de la vida, están en un eterno éxtasis de vanagloria y placer que los llevará a fenecer.

Todo cambia, las familias del siglo XXI son disfuncionales; no aman como nuestros antepasados y familiares, los padres nos burlamos de nuestros hijos, los hijos se aprovechan de los pecados o errores de los padres. La casa no la respeta nadie, llegan en horas altas de la noche para hacer creer que ya se quedaron cuando en realidad solo comen y salen de nuevo a la vida nocturna que la sociedad de hoy ofrece.

Toda persona necesita una reingenierí­a de carácter espiritual a corto plazo, no podemos seguir a este ritmo de vida que nos robará lo poco que nos queda de tiempo para disfrutar este bendito planeta; la clave está en darnos cuenta que separados de Dios nada podemos hacer, significa que en nuestros planes diarios será necesario incluir a todos los que están bajo nuestra responsabilidad y cuidado.

Todo es posible si puedes creer, entrega tu corazón al Creador para recibir de Él la ayuda que tú necesitas; te devolverá tu mañana, tendrás paz y alegrí­a, se terminará toda pesadilla, sólo dobla hoy tus rodillas y clama a Él de corazón, después de esto dirás este tipo tiene toda la razón, pero no cierres la puerta de tu corazón. Atrévete a conocer el camino, ese que cambiará tu destino, su nombre es Jesús.
Por Edgar Beltran

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